viernes, 26 de diciembre de 2014

La Pinchona

LA PINCHONA

Era una mañana rodea de los sonidos del campo las cuculis y diversos pajaritos cantando como un coro sinfónico, sonido del viento al rosar las hojas de los árboles frutales.
_ Cesi que te parece si sacamos manzanas del huerto de la Pinchona_
_ Si Carlos hay que sacar_
El huerto de la Pinchona quedaba al costado de nuestra chacra que también teníamos manzanos pero de ese huerto en particular eran para nosotros más ricas , comenzamos a buscar una entrada entre la empalizada que separaba las chacras, nuestro abuelo siempre se quejaba de los pajaros fruteros que entraban a robar la fruta (niños del barrio que entraban a sacar fruta) y ese día nos convertimos en los indeseable ya cuando estábamos dentro del huerto con una caña, tumbábamos las manzanas eran grandes, comenzamos a recoger.
Carlos _tu mira que no venga nadie_
 Cesi _ ya, yo miro_
Pensando en lo delicioso que sabrían esos frutos cuando una sombra se me acercó no tuve tiempo de voltear solo atine a correr buscando la primera abertura entre la cerca, no sé cómo pude pasar por un espacio tan pequeño pero ya estaba del otro lado cuando reaccione donde está mi hermana ella estaba a mi lado, estaba asustado de lo que nos podría haber hecho esta señora.
La Pinchona a veces orinaba parada y otras sentada se decía por allí que tenía los dos miembros del hombre (hombre y mujer).

El terror de solo pensarlo, escuche una vos que provenía del otro lado, esta no era tan mala se escuchó suave y melodiosa ¡niños se olvidaron su bolsa de manzanos!, yo seguía temblando de miedo  ella nos conocía por siempre jugábamos frente a su casa que estaba frente a la del abuelo nunca voy a olvidar ese día que me escabullí como  lo hace un gato cuando se corre de un perro,  y hasta ahora no me explico como mi hermana ya estaba a mi lado cuando llegue a ponerme  a buen recaudo.

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